Un hombre llamado Adrián, vivía en una gran casa a las afueras de Madrid, había estudiado una gran carrera universitaria por ello tenía un gran puesto laboral del que sacaba numerosos ingresos económicos. Poseía además numerosos coches y viviendas.
Un día iba caminando por la calle, se encontró con una familia que se encontraban pidiendo dinero en la calle.
Se sorprendió mucho al ver la situación en la que se encontraban y las caritas de pena que tenían todos, no dudo ni un instante en ofrecerles unas cuantas monedas, las dárselas vio como en cada uno de ellos se dibujaba una bonita sonrisa de agradecimiento.
De vuelta a casa Adrián empezó a reflexionar, sobre aquella familia tan pobre y lo feliz que era con poquito que tuviera.
Y se dio cuenta de que el conocimiento y la riqueza por sí mismos no tienen ninguna utilidad si no se emplean en la búsqueda de la felicidad.
Texto basado en la forma de vida de Épicuro